Unha traxedia medioambiental golpeou severamente a unha tranquila e ata fai pouco idílica rexión de Colorado (EEUU), logo de que más de un millón de galóns (mais de 3 millóns e medio de litros) de aguas toxicas e ácidas –cargadas ademais con residuos de minerais pesados, foron derramadas por error dunha mina abandonada. O resultado foi que a marea tóxica se precipitou no río Ánimas, tornando as sus auguas de cor amarelo-laranxa e, con elo, fascinando e horrorizando aos habitantes da área dos condados de San Juan e La Plata , ao suroeste de Colorado.
La altura media de una presa de relaves ha crecido de 120 metros en la década de 1960 a 240 metros en la actualidad. Imagen de Mount Polley escombreras y derrame de la presa. Fuente: Distrito Regional de Cariboo.
Fuente: The Tiee
Un enorme derrame de aguas residuales de una mina de oro, plata y cobre en el interior de la Columbia Británica refleja una nueva tendencia mundial: los diques de cola que contienen residuos no sólo son cada vez más grandes, sino que presentan mayores riesgos para las cuencas hidrográficas y las comunidades aguas abajo.
Basándose en informes recientes de la industria y las observaciones hechas por los ingenieros que viven en la zona, queda claro que las complejidades de la industria minera se han multiplicado y en consecuencia los riesgos para los recursos hidricos están aumentando.
El aumento de la producción minera mundial de sustancias tales como mineral de hierro, oro, cobre y níquel, junto con el aumento de precios de dichos metales ha triplicado el valor de la industria de entre 200 mil millones a 600 mil millones dólares durante la última década. Pero debido a la disminución de la calidad del mineral, el volumen total de residuos producidos por la industria, que contiene sustancias como el arsénico, plomo y cianuro, es cada vez mayor.
Cada año, esta industria remueve miles de millones de toneladas de roca solida al año equivalente a todos los materiales de tierra transportados por procesos geológicos naturales, como deslizamientos de tierra y la erosión.
Debido al auge y la alta demanda mundial de metales, la industria minera se enfrenta a una serie de riesgos sombríos, según lo informado por Andrew M. Robertson de Robertson Geoconsultants en una conferencia reciente sobre la minería. No sólo tienen que cavar más profundo para obtener minerales de menor calidad, sino también construir presas más grandes y las balsas de residuos más altas.
Como resultado, los diques que contienen los residuos han ido creciendo más y más cada año. La altura media de una presa de relaves ha crecido de 120 metros en la década de 1960 a 240 metros en la actualidad. También contienen más agua que nunca, informó Robertson. Además, el tamaño creciente de minas significa que la industria «demanda agua cada vez más del de suministro regional y alta calidad. Nuestras estructuras para el control de agua se han convertido en grandes y amenazantes«, reza la presentación de Robertson. Cada 30 años, el volumen de agua y relaves producidos por la industria aumenta diez veces, dijo Robertson. Mientras tanto, el área de los depósitos de residuos aumenta en cinco veces y la altura de las presas crece el doble. «No estamos contruyendo presas – estamos terraformando«, dijo en una conferencia de relaves y residuos de minería en 2011.
Booms y riesgos
Al otro lado del mundo, la tasa de rupturas de presas que contienen residuos de la minería tiene un promedio de 1,7 por año. Esa es una tasa mucho más alta que las represas hidroeléctricas convencionales. Norbert Morgenstern, una autoridad mundial en este tipo de estructuras, ha informado de que la fiabilidad de los tanques de relaves es «de los más bajos de.» Además, ha dicho, «las empresas bien intencionadas que emplean consultores aparentemente bien calificados no es el seguro adecuado contra los accidentes graves.»
En 2010, Morgenstern señaló un hecho interesante: presas de relaves que recibieron inspecciones de manera regular de terceros raramente encontraron algún fallo. Según estudios realizados por los ingenieros Michael Davies y Todd Martin, parece que hay una fuerte correlación entre los auges mineros y rupturas de presas posteriores. Durante los auges mineros, los gobiernos entregan permisos rápidamente; la industria minera trata de ahorrar dinero y recorta los costes; los ingenieros revolotean de un proyecto a otro; y la industria favorece diseños «de corta y pega». La frecuencia de las rupturas de presas se puede esperar que aumente poco después, señalaron.
La actividad minera puede ser transitoria, pero sus efectos son a menudo permanentes. El plomo y el zinc de la minería en el norte de Inglaterra todavía contamina una cuenca en un área de 12.000 kilómetros cuadrados. Y las minas abandonadas en el norte de Canadá siguen amenazando cursos de agua con toneladas de arsénico y el cianuro.
Los desechos de la Columbia Británica son inigualables
Los desechos mineros pueden venir en forma de sólido o líquido procedentes de la lixiviacón metales tóxicos o generar ácidos que destruyen la vida acuática. En sus inicios, la industria minera a menudo virtió desechos en los océanos, ríos y lagos. Tanques de relaves entraron en uso cada vez mayor a partir de la década de 1950 en Columbia Británica. Sin embargo, no se ha detenido el vertido de residuos. Según un informe de 2012 por MiningWatch Canáda, «las empresas mineras arrojan 180 millones de toneladas de desechos mineros tóxicos, también llamados relaves, en océanos, ríos y lagos. Eso es el equivalente a 1,5 veces la cantidad de residuos sólidos urbanos que Estados Unidos envió a los vertederos en 2009 «.
«En lugar de cuencas naturales como depósitos para desechos de roca y relaves en particular, la industria debe diseñar, construir, controlar y mantener las grandes presas y embalses terraplén, muchos de los cuales deben mantenerse en condiciones de inundación a perpetuidad«, dijo en una reciente conferencia. La administración de tales instalaciones no es tarea fácil, sobre todo en la Columbia Británica, donde «los cuerpos de agua son omnipresentes, las lluvias y las nevadas son sustanciales, y el terreno se presta fácilmente al desarrollo de embalses donde es difícil conseguir que permanezcan estables a perpetuidad», dijo Martin.
La Columbia Británica es uno de los principales centros mineros del mundo, operan más de 50 minas en terreno mojado montañoso y que la realidad, de acuerdo con Martin, «supone un reto formidable para la gestión de relaves o residuos de la minería.» Combinado con otros riesgos geológicos como terremotos y el cambio climático, Martin describe Columbia Británica como un escenario «sin igual por sus retos de residuos de minas.»
Las arenas bituminosas de Alberta representan una de las mayores colecciones del mundo de residuos mineros en 830 millones de metros cúbicos. Cada barril de bitumen produce cerca de 1,5 barriles de residuos de líquido salado y ácido. Como consecuencia, balsas de residuos cubren 180 kilómetros cuadrados de terrenos forestales. El Instituto Pembina calcula que la industria va a crear «basura tóxica suficiente para sumergir el Central Park de Nueva York a una profundidad de poco más de 11 pies todos los meses» antes de 2022.
El año pasado, la rotura de un dique en una mina de carbón en Alberta derramó 600 millones de litros de desechos en el río Athabasca.
La construcción de embalses más grandes para sostener más y más residuos de la minería es actualmente el desafío de la industria minera. Pero como consecuencia de ello, la frecuencia de los incidentes graves no ha disminuido desde 1968. El ingeniero Martin sospecha que la única manera de que la industria minera pueda reducir la probabilidad de la rotura de la presas es la esperanza de una mejor tecnología, encontrar diferentes maneras de enterrar los residuos ácidos de una mina que no sea bajo el agua, y mejorar continuamente todos los aspectos de la administración de seguridad de presas.
Otros ingenieros piensan que pequeñas minas construidas sólo en lugares aptos para garantizar represas podría ser la respuesta, así como las tecnologías que producen residuos secos. Conservación de minerales y control de la población mundial también podría ser una buena idea.
Más información : National Post
Sumámonos a esta acción de denuncia en contra da empresa GoldCorp Inc. achegamos a carta que será enviada aos accionistas da empresa e a distintas autoridades e institucións para pedir xustiza. Se te animas asina e comparte. Moitas grazas!
Exigimos a la empresa canadiense GoldCorp Inc. una Rendición de Cuentas Corporativas por los daños a la salud y el ambiente que sus minas provocan en nuestros territorios así como a las respectivas autoridades gubernamentales y no gubernamentales la anulación de los “premios” que han otorgado a la compañía.
GOLDCORP ¡ME ENFERMA!
¡La Sociedad está Harta de Tanta Simulación! GOLDCORP NO MERECE UNO SÓLO DE LOS PREMIOS QUE LE HAN OTORGADO
CONTRA GOLDCORP INC. EXIJAMOS JUSTICIA
A los accionistas de la Goldcorp. A los gobiernos de Canadá, Estados Unidos, Honduras, Guatemala y México. A la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA)/México. Al Centro Mexicano para la Filantropía (CEMEFI). A la Alianza para la Responsabilidad Social Empresarial (ALIARSE). A la Cámara Minera de México (CAMIMEX). A la Opinión Pública nacional e internacional. Este 1ro de Mayo de 2014 los accionistas de la Goldcorp llevarían a cabo su reunión anual en la cual, una vez más, adularán la simulación y engordarán sus mentiras en torno a los diferentes proyectos de extracción que tienen en las Américas, mientras las comunidades y pueblos indígenas y campesinos sufren las graves consecuencias que este modelo extractivo minero que ha ocasionado en sus vidas, salud, cultura y naturaleza. Cientos de testimonios, evidencias científicas, denuncias ante tribunales, reportajes y pruebas de laboratorios demuestran cómo esta empresa violenta y viola recurrentemente derechos humanos de pueblos y comunidades:
La destrucción ambiental es tal que por cada onza de oro que se extrae de las entrañas de la tierra, se generan como 79 toneladas de desechos. Sus megaproyectos deforestan, matan la biodiversidad, destruyen monumentos arqueológicos, lugares sagrados para la espiritualidad de los pueblos indígenas, violentan decretos de protección ambiental y de conservación de alta biodiversidad, empobrecen a las comunidades en donde se instalan. El trato con el que se dirigen hacia las poblaciones está lleno de recurrentes acciones de discriminación, maltrato y malas condiciones laborales para los trabajadores, mismas que han derivado en muertes por accidentes o explosiones sin control o despidos injustificados cuando éstos presentan problemas de salud ocasionados por trabajar en la mina. En definitiva, sin pudor alguno GoldCorp viola leyes nacionales e internacionales en materia de derechos humanos como medio ambiente, salud, laboral, agraria; acapara tierras ilegalmente y se mantiene en la impunidad pese a resoluciones judiciales en su contra; incumple cláusulas de los convenios que establece con las comunidades; vulnera derechos colectivos cuando perniciosamente evade y evita los procesos de consulta previa, libre, informada y culturalmente adecuada, dejando en indefensión a la población que toma decisiones sin información oportuna, relevante y fidedigna; como colofón, amenaza, intimida, criminaliza y divide a comunidades y pueblos opositores. Para el caso de la Mina Marlin en Guatemala, en 2010 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ordenó al gobierno nacional suspender las operaciones de la mina por los daños inminentes a dieciocho comunidades indígenas aledañas (más información aquí, aquí y aquí). Para el caso de Valle de Siria en Honduras, los daños a la salud ocasionados por la Goldcorp son terribles y estudios médicos lo demuestran: aumento de la mortalidad infantil, problemas respiratorios, en ojos y piel, deformaciones físicas (ver más información aquí y aquí). Pese a todas las evidencias expuestas y sus consecuencias devastadoras los gobiernos, incluyendo el canadiense a través de sus embajadas, así como instituciones empresariales, financieras y otras empresas mineras, pretenden mantener la simulación ofertando un falso rostro de “seguridad” a la opinión pública para favorecer el negocio de esta empresa dorada. Por eso, frente a lo expuesto no entendemos por qué el Centro Mexicano para la Filantropía (CEMEFI) y la Alianza para la Responsabilidad Empresarial han otorgado durante seis años consecutivos el Premio de “Responsabilidad Social Corporativa” (RSC) a GoldCorp por una supuesta conducta ética adecuada, administración ambiental y compromiso con la comunidad. Hay pruebas abrumadoras que muestran justo todo lo contrario: tribunales mexicanos han ordenado a Goldcorp que devuelva tierras ocupadas por la compra ilegal de tierras de Mazapil, Zacatecas y Carrizalillo, Guerrero. Tampoco entendemos por qué se ostenta como una empresa “verde y sustentable” de tal manera que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) le ha concedido el “Certificado de Aire Limpio” cuando las detonaciones y el polvo cubren con peligrosos metales pesados casas, plantíos, viviendas y se introduce por boca, piel y nariz en los pobladores de Carrizalillo en México. Mucho más incomprensible aún es el hecho de que 7 de sus minas disponen de un certificado por su cumplimiento con el “Código Internacional de Manejo del Cianuro” al tiempo en que se rompen piletas de lixiviación en sus proyectos mineros, tal como ha sucedido en Carrizalillo, México en donde han fallecido dos personas debido a intoxicación por este peligroso componente. Ni se comprende porque la Cámara Minera de México le ha entregado en años atrás a la mina “Los Filos” su galardón anual “Premio Casco de Plata” en reconocimiento por su supuesto excelente historial en seguridad, cuando hay trabajadores muertos por explosiones, accidentes y enfermedades. Ante todo esto, tampoco tiene sentido que Nasdaq reconociera en el Índice OMX CRD de Sostenibilidad Global a Goldcorp como una de las 100 mejores compañías del mundo por sus prácticas sostenibles, ni que el Índice de Sostenibilidad Norteamericano Dow Jones volviera a integrar a Goldcorp a su índice en 2012, después de eliminarla por violaciones a los derechos humanos y evidencias de contaminación ambiental en las comunidades afectadas de Centroamérica, sin que hayan sido resueltos estos problemas. Por todo lo anterior demandamos y exigimos justicia para que las instituciones rectifiquen y retiren los premios otorgados a esta corporación minera. Exigimos la cancelación de las licencias otorgadas a Goldcorp y justicia por las afectaciones de sus megaproyectos mineros en Honduras, Guatemala y México. En lugar de hablar de Responsabilidad Social Corporativa mejor hablemos de ¡Rendición de Cuentas Corporativa!
¡La Sociedad está Harta de Tanta Simulación! Y POR ELLO,
“GOLDCORP ¡ME ENFERMA!”
Hoxe 21 de maio EJOLT publica na súa páxina a campaña
#AntiChevron á cal nos unimos porque cremos que é importante dar a coñecer o dano irreparable que causou en Ecuador como noutros países do mundo.
Xa son moitas as persoas que loitan para impedir que proxectos extractivos contaminantes se leven a cabo nas súas comunidades.
Dende Ecuador, Nígeria, Romanía, Richmond EUA, Arxentina, a voz das vítimas de Chevron, chaman ao mundo a unirse no Día Internacional Antichevron
Para que o saiba todo o mundo, hoxe é o día: #AntiChevron !!
Unha historia sobre a industria das sementes transxénicas e o consumo de alimentos conreados con esta técnica. Unha reflexión sobre as técnicas usadas actualmente na industria alimentaria e o descoñecemento que diso temos, feitos que repercuten directamente na nosa liberdade de elección.
(GMO OMG) Estados Unidos (2013). 90 minutos Dirección: Jeremy Seifert Guión: Jeremy Seifert Producción: Joshua Kunau, Jeremy Seifert Producción Ejecutiva: Joshua Kunau, Elisabeth Kucinich, Jill Latiano Howerton Fotografía: Rod Hassler Montaje: Terry Yates, Jeremy Seifert Sonido: Daniel MCcoy Música: Jubilee Singers Productora: Compeller Pictures